La Muerte Cubana de Hemingway
Autor: Reinaldo Bragado
Editorial el ateje
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De nuevo otra lectura me mueve a la reflexión,
al comentario, a la introspección y a la vez a querer compartirlo. No soy un profesional
crítico del arte y las letras, solo soy un tecnócrata retirado, amante de la
lectura y la reflexión. Aunque en estos últimos tiempos y ahora que tengo el ocio
deseado, he dejado de leer literatura y me inclino más a leer Historia, Ciencia
y Filosofía. También, he tenido en la vida la suerte de haber escogido amigos inteligentes,
intelectuales de carrera, periodista, escritores, poetas etc. Asimismo, tengo la
dádiva de que escriben bien, y que como Bragado han dejado o tienen un legado artístico
e intelectual que los certifica como buenos profesionales de las artes y las
letras. Quiero compartir esta recientemente póstuma publicación, que gracias a
su viuda Maria Rivera, a su perseverancia y amor por mi amigo Bragado, ha visto
la luz. Es esta una de las mejores novelas de Reinaldo Bragado Bretaña: “La
Muerte Cubana de Hemingway” editado por la Editorial el ateje. La portada, más
acertada no puede ser. Dos símbolos necesarios al tema que trata, el yate “Pilar”
y el Castillo del Morro como símbolo de la amada ciudad. Todos los escritores están
en lo que escriben. En sus novelas está su carácter, su psicología, su modo de
ver la vida y su perspectiva de ella en general; ficción o no ficción. En esta
novela, como en otras de él, está Bragado para el que no lo conoció, y para mí
que fue y es mi amigo de toda la vida. De todas formas, en esta lo leo a él más
que en otras, su carácter, su agudeza, su desconfianza del mundo (siempre en
guerra con él), su inteligencia, su conciencia alerta y su énfasis en la vida y
en su propia fantasía como si supiera que iba a partir temprano de antemano. En
esta deliciosa novela, Bragado recorre la fisonomía y el carácter de su amada
Habana, la misma Habana de los Tres Tristes Tigres de Cabrera Infante, escritor
al cual admiraba y del cual presentó uno de sus libros en la Feria del Libro de
Miami. En este manuscrito de Bragado está la geografía, el carácter, la
historia y el espíritu de la amada otrora hermosa ciudad, ahora destruida por
el bombardeo socialista que ya dura más de 60 años. Bragado camina por las
calles, las delicias, la cultura, la idiosincrasia y los defectos del cubano y
su ciudad. Recorre la tropical ebullición constante de actividad diurna,
nocturna e imaginaria de manera magistral, imaginativa y brillantemente conectada
en la trama de esta novela. Se regodea en su arquitectura, en sus hábitos y sus
quehaceres. La magia de nuestra ciudad, su alegría, su sensualidad, su sexo promiscuo
y despreocupado, su alegría y su Historia están por todas partes en la novela. En
sus páginas está el buen comer, el buen beber del cubano, su cultura hedónica y
su historia de Isla exitosa en el medio del Caribe, su camino de adelantada isla
productiva y funcional. Isla al fin y recodo triunfante en comparación con la región
Latinoamericana. Siempre cercana al exitoso progreso de la gran potencia norteamericana,
Cuba, en contraste con otras naciones del Caribe, sí aprovechó, emuló y estuvo
siempre contigua al avance y a la exitosa economía norteamericana. Abundancia,
vida alegre y futuro. No era una nación perfecta, padecíamos de las taras
propias de nuestra cultura, pero exitosa era esa nación, y muy lejos de la
actual miseria socialista. La actividad de los bares, restaurantes, cabarets,
hoteles en ebullición constante. La Habana era el New York del Caribe, que
tampoco descansaba ni dormía, ni dejaba caer su desarrollo, esplendor y
protagonismo. En la novela está la semilla de una película del “Film Noir” que
tanto le gustaba y de las que Hollywood hizo muchos clásicos en la década de
los 50. Muchas de ellas, salidas de las novelas del Hemingway que también admiraba. Esta novela me hizo pasear una vez más por esas calles, Muralla
arriba, Obispo abajo; me hizo entrar y salir una vez más a la ciudad amurallada,
sus vestigios, su historia. Bragado está en esta novela, Bragado “es” esta
novela. Su carácter en el hechizo de sus muertos, su espíritu desconfiado en
guerra con el mundo. Su humanidad esta regada por la ciudad, en sus caracteres,
en los escritores que admiraba, en los amigos, y en la trampa viceversa que
siempre le jugaba la adversidad de lo imprevisible y la disfuncionalidad que
detestaba. El personaje Mandel, me resulta un personaje a su imagen y semejanza.
Su batallar y rebeldía con la vida y con su familia, le andan cerca a esta
novela. Su intriga y misterio, huyéndole a la mordida de la muerte. Esta novela
no solo es la novela y su título, sino que mucho otros títulos en una novela;
las que escribió y las que dejo de escribir por su temprana partida. Creo que de sus novelas, cuentos y poemarios, es la fantasía de lo que escribió aquí, lo
que más tiene de él y de su imaginario mundo insertado en la realidad. Esta
novela, tiene entre diálogo y dialogo, la descripción de lo maravilloso de una
ciudad y sus misterios, su historia, el discurso de un ensayo filosófico que también
disfruté y su mundo interior mirando al Universo y al Hombre. Aquí está él en
la premura, infatigable, desconfiado y paranoico hasta consigo mismo,
enfrascado en su insistencia por la felicidad. Continua en esta novela renunciando
a dejarse doblegar por el mundo, insistiendo en su propósito, en su amor por la
intriga y en el misterio de la muerte con una “sed que nunca ha de calmar.” Aquí
también encontramos, su estoica desconfianza de todo y de todos, de la
ineficiencia que lo persigue, la falta de seriedad y las mentiras que abunda
por todas partes. La “universal mentira” que lo asaltaba, lo acosa insistentemente
compitiendo con Dios por los vericuetos de la vida. Aquí Bragado otra vez, persigue
el milagro de la creación y se convierte en adivinador de su muerte en esta angustia
“postvaginal.” Tenía una perfecta noción de su felicidad interna, y la esparce
por estas páginas y en el misterio de esta ciudad embrujada, ensimismada y
encantada por el fatídico flautista socialista que la ha de destruir en el
futuro. Este es su ultimo testimonio, describirla, amarla, antes de que
desaparezca. Es también un tratado sobre la libertad, como el letrero que puso
una vez en su puerta: “Aquí Vive un Hombre Libre.” Inmediatamente, una larga
colección de mujeres solteras empezó a tocar en su puerta. Entonces ya era una
ciudad y un país que empezaba a perder la noción y el significado verdadero de
lo que era “Libertad.” Hay mezcla de largos capítulos de ensayo entre espejo y espejo,
entre la cruda sensualidad del placer y la quimera, entre la percepción y los
sentidos de la realidad y la historia de la ciudad. Hay recorridos
por las iglesias y a través de la colonial Habana que formaba su identidad. Frecuentemente
me decía: ¿y que hubiera sido de nosotros si hubiéramos sido colonia inglesa
por más tiempo? Esta novela, en la mejor
tradición novelesca del género, describe la voluptuosidad y el gusto de la
mujer cubana y su egocentrismo corporal. Describe al macho Mandel criollo
cubano de entonces, y no al “acere” de estos días. Describe a una entonces idiosincrasia
ya perdida en la vulgaridad. Los personajes, traspasando al amor más allá del
deseo y atrapados en su sensual contagio de la carne y la imaginación, sencillamente
apuestan a ser felices no importa el modo o el costo. Transcurren en la novela, haciéndole
trampas a su propia “teoría del envejecimiento” y de la manzana perdida,
regando su juventud sin advertirlo por todos los muebles y objetos inanimados, equivocándose
solos y cada uno por su cuenta. En esta novela viajé por La Habana desaparecida que una vez
dejé. Así es de irresistible la trama de historia política y
policiaca en esta novela de misterio detectivesco, de espías de doble culo y múltiples
credos sirviendo al mejor postor, profundamente existenciales. A mí, y a estos espías
de la felicidad en la magia del dialogo de los espejos, con el cuerpo de Paula jugando
al amor en la bañadera, y con Martel atónito en su propia imagen, les sorprende
el siempre inesperado final. También pasean por estas líneas la poesía del amor
multiplicado en la sensualidad cruda, la musa múltiple del sexo, el tacto, el
olor y la fantasía temerosa de la realidad. El volumen del coro de sus voces
interiores es alto, apenas se alcanza a oír el ruido del mundo exterior en
guerra con todos y con ellos mismos. Esta es una bien construida novela, un
entarimado de intrigas al gusto, historias entre historias y un atisbo de la penetración
del comunismo en el Caribe. Es también un trabajo investigativo histórico y de ficción,
este muñeco esta armado con oficio. Avanzando en un rápido y fugaz presente,
hacia un obscuro futuro, cada vez más lejano de esta historia pues yo no sé qué
leen las nuevas generaciones, si es que leen. A pesar de ellas, una buena
novela es una buena novela. Él estaba
convencido de que el mundo, multiplicaba su fantasía y constantemente se convierte
en otra cosa a pesar de lo que era… Que razón tenías, querido amigo. KUDOS una vez
más.