Monday, June 15, 2020

SENSACIONES ATEMPORALES DEL TRAYECTO

Inconcluso poema sin respuestas…
Si es poema, si son preguntas…
A un horizonte de sucesos desde el sueño del poeta
A la información indestructible y la vez perdida


Sensaciones atemporales del trayecto,
arrugado torrente de un abrumador lienzo.
Palabra por palabra, mensajes inconclusos.
Significado fugaz, etéreo, cautivo, insuficiente, inacabado.
Venus abandonando perezosamente el noroeste cielo,
transportando su existencia fuera de la mía
en su rápido viaje cotidiano
desde un ilusorio pasado,
hacia un incierto y perpetuo futuro,
sin tocar el obvio, momentáneo,
persistente, huidizo y eterno presente.
En transitoria, dudosa y necesaria puntuación,
en la libre pausa y licencia de la noche,
del momento que nunca existió.


Repetición infinita del tiempo en su propio ritmo,
del lenguaje que se escapa,
del estrecho túnel que nos separó de todo,
de la dualidad no mesurable y su breve coexistencia,
de su observable incertidumbre,
de su grandiosa insignificancia,
de la lejana luz que regresa a nuestro ilusorio centro
en contradictoria expansión
sin causalidad, sentido o dirección.
Paradójica masa concentrada, breve pasajera
de Información fugaz, perene, indestructible
de lo que nunca hemos de saber.
Aplastados por la inmensidad de lo fortuito,
único, forzoso y necesario,
de lo que no ocurrió ni ha de ocurrir
bajo el peso del ordenado caos que nos define.
Comienzo no ansiado,
desenlace que nunca termina,
temido y categórico final sin inicio,
las mismas palabras con infinito significado.
Preludios, interludios y una escala que nunca satisface su suerte
                                                                                 o repara su eco.
En la misma siempre intensa y penetrantemente salvadora
ambivalencia del significado de la tarde.
En el interminable, infinito e incompleto pasaje
que nos deja en la soledad de su asombro, umbra y murmullo,
de cara a lo perene, hermético y desconocido.


¿A dónde van los que ya no están?
¿Dónde existen los que aquí se quedan?
¿Qué lugar y significado tenemos en el espacio que ocupamos?
¿Dónde está la bestia en nosotros?
¿Dónde están los Ángeles?
¿Cómo proteger la ilusión necesaria de la búsqueda que se desvanece?
¿Por qué la insistencia de un destino atrapado en su única conclusión?
Obsesivos sin apertura ni solución, arduos en la insistencia.
Atrapados y sorprendidos en la misma burbuja.
¿Qué importancia tiene todo, si todo nos ignora?
¿Quién nos marcó con el atrevimiento del significado?
¿Dónde queda lo inconcluso,
sí partir no es una partida, si no es un pasado?
¿Quién nos aplasta con esas limitaciones?
¿Qué nos desvía de un verdadero examen?
¿Si somos parte de Él, por qué no colmados y desbordados por Él?
¿Por qué no todo-presentes, todo-videntes, todo-conscientes?
¿Por qué no nos responde si somos Uno?
¿Por qué no escuchamos?
¿Por qué las estrellas no nos miran con nuestros mismos ojos?
¿Por qué no sabemos qué polvo acariciamos al concebir?
 ¿Cuántas cosas quedan por decir?
¿Por descubrir, crear, idolatrar?
¿Qué ciega fe profetizar, hado adivinar o vivir?
¿Qué probable designio apostar?
¿Qué sueño imaginar?
¿A qué interminablemente incompleta pregunta o poema queda por recurrir?
¿Qué misterio por desatar?
¿Qué ciencia, religión, filosofía, realidad por revelar?
¿Qué perpetuo círculo, movimiento o péndulo por recorrer?
¿Perdonar, sorprender, sentir, procesar, interpretar y transmitir?
¿Cuántos preludios por oír?
antes y después de que se me olvide el mundo
de nuestra temporaria, constante y total transmutación.

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