Sobre el yin yang tautológico
entre la ignorancia y el odio de la dictadura del proletariado.
“Pá-trás o Pá-lante”, según
la ventaja
by Ricardo López Llópiz
A pesar de ser un hombre
maduro para mi detrimento, mis defectos me mantienen joven. Repito errores, a
pesar mío y a veces uso palabras ramplonas. En ocasiones atropello el idioma
sin darme cuenta, no calculo, espero de los demás lo que soy capaz de
ofrecerles, soy enfático y a veces algo impulsivo, especialmente con lo que amo
o con lo que detesto; pero mi juicio y moral me mantienen en jaque. En
conclusión, la vida nunca será lo suficientemente larga como para prepararme
para ella adecuadamente. Quisiera ser más suave, articulado e inteligente pero
no lo soy, mis pasiones casi me sobrepasan y no oculto nada. Aunque evito
agraviar, soy claro, crudo y directo. De todas formas, prefiero ofender que
mentir. Trato de ser lo más humano que puedo, y de educar mis excesos
sensoriales para otras cosas, de no hacer daño y estar del otro lado del mal,
del odio y del miedo.
No tengo muchas trastiendas
y secretos, porque creo que lo único que realmente me avergonzaría es la
maldad.
No me las sé todas, al
contrario, creo que nunca ni cercanamente sabré ni siquiera todo lo que quiero
saber, así que sueño, me imagino, y me atrae la curiosidad hacia lo que no conozco.
Trato de ser heterogéneo casi promiscuo a fe de tolerante; respetuoso sin ser
burlón, pero firme y voluble a la vez en mi racionalidad y mis opiniones. Creo
que verdaderamente nunca sabré el tamaño de mi ignorancia, y como consecuencia
tengo una sed incontrolable de saber, por lo que a veces me atrevo a especular
en busca de la conversación inteligente y la exploración de ideas.
Todo esto, a propósito de
los tiempos de división y discrepancia que se viven en Estados Unidos, gracias
a la agenda de la administración Obama alimentado por radicales de izquierda, y
la tendencia de juzgar, basado en el carácter y la personalidad vs. los hechos
y el mérito de los resultados. Hasta las definiciones identificativas del
partido, aun llamado demócrata, se han desvanecido devorado por la caótica agenda
de la extrema izquierda “socialista”. En estos tiempos, los verdaderos racistas
te acusan de “racista” en una pesadilla de “correcciones políticas”. Y si no
eres de una correctamente politizada minoría, o aceptas la asignación de alguna
etiqueta, terminas siendo “nadie” o en la locura por imposición. ¿Es que las
minorías tienen el derecho de arrebatar el país de las manos de la votante
mayoría en nombre de lo que los liberales de extrema izquierda llaman
“democracia? ¿El mismo perro con el collar al revés? ¿Hacer a los demás lo
mismo que te hicieron a ti? El ciego y patológico odio a Donald J. Trump al
estilo de única moral socialista, es tal, que amenaza y desafía todo intento de
cualquier posible conversación lógica. No exagero y el contraste es agudo:
“conservador culpable, liberal inmune, exento y por encima de la ley, etc.”. “Doth
as I sayeth not as i doth”. Los mismos errores, ignorados y perdonados para los
“demócratas”; pero no para los irredimibles conservadores, que debemos ser
arrojados al cubo de los deplorables y de la escoria. Cualquier ensayo
comparativo, factual o inteligente de contacto con la realidad y los resultados
de la presente administración, con los terribles resultados de la anterior administración,
se desvanecen inmediatamente en una avalancha de odio y referencia a la
apariencia física y el carácter del actual POTUS. Inmediatamente se desechan
las estadísticas que prueban y demuestran la realidad. Le siguen por supuesto
los típicos adjetivos, que coinciden exactamente con la retórica de la
propaganda socialista, palabra por palabra: “fascista, racista” etc. Todos los
desmanes de la anterior administración, corrupción y violaciones, conspiración,
espionaje de campaña, obstaculización de la transición a la nueva
administración elegida por el pueblo, son inmediatamente perdonados. Usan falazmente
la compasión y el humanismo, y apelan a lo mejor de nosotros, para llevarnos a lo
peor, a la ruina y la miseria. Se disfrazan de el Bien y el Mal a la vez, Ying
y Yang en la misma narrativa, se aferran a las etiquetas; porque realmente no
saben lo que son, no saben ser simplemente seres humanos y se diluyen en un
odio a lo que no saben si son.
Creo que de alguna manera
hay que protegerse de la ignorante arrogancia y del mentiroso sudor tautológico,
de esa fauna de alimañas que abundan en la prensa “liberal” y de extrema
izquierda. Son libres de ser ignorantes y ahogarse en sus propias secreciones
de odio, exageración, tergiversación y manipulación mentirosa; pero mi tiempo y
atención no se los doy. “Al pan, pan y al vino, vino”; nadie es perfecto, pero
prefiero lo memos malo y lo pragmático de los resultados. Hay bancarrotas, y
hay bancarrotas inteligentes, y no todo es tan simple, aunque le extraigas las circunstancias.
Todo depende del resultado; háblenme de este eterno presente, de algún pasado,
y de cierto futuro; pero prefiero un capitalista moderno y hombre de negocios,
a un corrupto, incierto, voluble y descalabrado político; que ni se peina ni
hace papelillo, a nombre de la conveniencia. “Pá-tras o
Pá-lante”, según la ventaja. Mientras
peor es la crisis, mejor es la ventaja. Personajes que afirman que solo si
votas por ellos eres lo que eres … ¡Que descabellada locura! ¡Oh! Perdón, son
anti-Trump y tienen derecho a equivocarse, ¿no?
Y que los llamados medios de
comunicación, con su agenda ulterior y arrogante, construyan un monologo de manipulación,
no me sorprende. Así, en su burbuja, se
pueden prestar a sí mismos, toda la atención que creen merecer. Espero que el público
americano sea más inteligente y alerta que ellos, y que no se dejen adoctrinar,
convencer y engañar. Estemos de acuerdo en estar en desacuerdo, en disentir, en
respetar, en intercambiar respetuosamente; en la chanza, la burla y el relajo;
pero no en ofender por el placer de la ofensa o quien sabe que motivación
truculenta, sicótica y política. Lo peor es que son congresistas socialistas, senadores
liberales y parcializados jueces, nombrados por la anterior administración. De
ellos y del socialismo vengo huyendo. Lo que me diferencia de ellos es que
prefiero respetar antes que ofender; pero no mentir. No me contradigo, la moral
o los valores de otros, siempre que no estén del lado de la ignorancia y de la
maldad, tienen su lugar y respeto. ¡Igualmente la mía! Ese es el verdadero Ying
y Yang para mí. Si de ignorancia se trata prefiero ignorarlos, y si no, que
alguien me diga cómo protegernos de estos extremos. ¿Quién nos ha de proteger y
dar refugio, si destruyen este país? ¡Todas las dictaduras son terribles; pero
las peores son las de las masas amorfas de la mayoría!
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